Este pasado sábado estuvimos visitando el llamado “Jardín de Nueva York”: Central Park es una zona verde de 340 hectáreas, donde se plantaron hace150 años más de 500.000 árboles y arbustos.
En él encontramos todo lo que esperábamos encontrar y alguna cosa más: la gente haciendo footing (incluido al chino sin camiseta!), algunos lagos que estaban heladísimos, un montón de graciosas ardillas correteando en busca de comida, la pista de hielo Wollman (a la que volveremos un día a patinar!!), el memorial a John Lennon (creado por Yoko Ono muy cerca de los apartamentos Dakota, donde vivía y donde lo asesinaron) y un montón de bancos “patrocinados” con chapitas donadas por la familia de algún fallecido. Lo que no vimos fue ningún coche de caballos paseando aunque estaban todos aparcados a la entrada. No se si sería por sus precios o por el frio que hacía.
La verdad es que Central Park pretende ser una zona de descanso y tranquilidad pero tiene algunas carreteras que lo cruzan, lo cual le hace perder su encanto de bosque perdido y, aunque es muy grande, no lo es tanto como para que el ruido de la ciudad no se meta dentro. Lo que sí es increíble es verte en medio de un bosque, rodeado de árboles, rodeados de enormes edificios.
Si lo piensas bien, el Parque Grande de Zaragoza ofrece mucha mayor tranquilidad y sensación de aislamiento que Central Park. Pero bueno, imagino que a los neoyorkinos les resulta suficiente…