miércoles, 4 de febrero de 2009

WORKING WITH BAD WEATHER IS SO HORRIBLE!

MIÉRCOLES 28 ENERO

Hoy tengo cita con la mexicana aquella que me contactó la del concierto de Obama a las 9,30am. Salgo de casa un poco justa y, además, ha caido una nevada del 15. Asi que cojo un taxi. A mitad del puente de Williamsburg me arrepiento porque aquello no avanza nada ligero, pero ya no hay marcha atrás.


Resulta que todos los taxis de aquí llevan una pantalla en la parte trasera donde puedes ver el recorrido que estás haciendo y cuando he empezado a ver que iba en dirección contraria, se lo he comentado al taxista. Y coge y me dice que en lugar de: 90 Broadway Aven, había entendido la 19st con Broadway. Pero si yo no le dije street en ningún momento!! Vuelta para atrás. Llamo a la mexicana y le digo que voy tarde. Entonces, el taxista me dice que es cubano y que vivió hace años en Madrid. Así, nos pegamos todo el viaje hablando de Cuba, Miami, la gasolina, el comunismo, Venezuela y los clubes de salsa.

Al final del viaje, me descuenta su error y salgo a la calle metiendo el pie en un charco hasta el tobillo. Financial district está impracticable, no encuentro el número de la calle y llamo a Yuri para asegurarme dónde estoy. Entonces me dice que no es Broadway, sino solamente Broad. Pero como aquí abrevian todo, pensé que era Broadway!!

Cojo otro taxi para ir a la calle de al lado y salgo de la misma manera que el otro. Cuando llego a mi cita son las 10,30am (había quedado a las 9,30am!). Gracias a Dios, aquí todos son muy comprensibles con el tiempo.

Hablo con Yuri acerca de vinos. Hace tiempo que se dedica a esto y parece entender bastante. Me comenta que la crisis va a beneficiar al vino y la explicación tiene su lógica. La gente antes tomaba licores (cubatas) que cuestan 10-12 dólares y ahora buscan algo más barato de igual calidad, con lo cual toman copas de vino a 6-8$. Le gustan nuestros folletos. Que lo sepas Juan Carlos! Me comenta que quizá me pueda dar algún contacto, hablar con alguien… pero que los importadores trabajan últimamente con apoyo comercial de las bodegas. Al menos, 3 meses ó 4 al año. En fin, quién sabe…

Acaba la cita y me voy pitando a Grand Central Station. Es una central de trenes enooooorme y superbonita, con un aire antiguo, ya que conserva las antiguas ventanillas de tiquets. En la parte de abajo hay, por lo menos, una quincena de pequeños restaurants ó más bien puestecillos de todo tipo donde comer. Tengo media hora antes de pillar el tren a Roschefield, el pueblecito donde está la empresa de Patrick (Olé Imports, se llama, más spanish imposible!).

Al final, me decido por un indio y pido cordero al curry, que me sirven con un poco de arroz. Me encanta esta pluriculturalidad!!! A la 1 en punto cojo el tren y en media hora estoy allí. La zona ha cambiado enormemente. El pueblo está lleno de casitas con jardín, a excepción de la zona del centro que son edificios no muy altos. A pesar de que la empresa está cerca, las aceras están impracticables con tanta nieve, así que cojo un taxi. El muy jeta me cobra 5$, creo que me ha dado una vuelta de la leche, así que no le doy propina. Además, no lleva aparato para pagar con tarjeta.

Patrick llega un poco tarde. Me cuenta que le han robado el móvil. Más bien, se lo han quitado del coche. Más bien, luego me dice que no lo había cerrado. Más bien lleva 4 años sin cerrar las puertas del coche aparcado en su jardín. (Será la crisis que aprieta la delincuencia?).

Durante el tiempo que me toca esperar, estoy en una sala de reuniones con una pared llena de estanterías llenas de vinos. Este tio es un importador grande. Trabaja solo con vinos españoles, pero en un montón de estados. Nada más empezar la reunión me acribilla a preguntas: la región, la altura del viñedo, la capacidad de producción de la bodega, etc… Le explico un poco los vinos que tenemos y decide abrir las garnachas que me pidió. Abre hoja en su cuaderno y empieza a escribir de TODO: color, aroma, sabor… Prueba el Terrae, no dice mucho. Prueba el Viña Centuria… Le gusta. Prueba otra vez el Terrae… También le gusta. Lo que no le gustan son los precios. Bueno… todo podría hablarse!!! Me cuenta que el cliente busca vinos de 12,99 ó 15,99. No más. En fin, quedamos en que le enviaré nuestros vinos más económicos para que los pruebe.

Al irme, le pido por favor que me llame un taxi. El pueblo es demasiado pequeño y casi no hay taxis por la calle. Y andar se hace imposible. Al final, se empeña en que le resulta más rápido llevarme a la estación que pedir un taxi. En 2 minutos estamos allí. Definitivamente el anterior taxista me timó. Qué cabrón!

NYC WEEK RESTAURANT








JUEVES 29 ENERO

Hoy tenemos reserva en uno de los mejores restaurantes de la
ciudad para comer. Con la NYC WEEK RESTAURANT puedes comer por 25$ (o cenar por 35$) en algunos restaurantes super-cool. Nosotras elegimos el THE SEA GRILL. ¿por qué este? Primero porque es un restaurante de pescado, algo que no hemos comido mucho desde que llegamos porque escasea y es bastante caro y, segundo, porque está en los bajos del Rockefeller, con vistas a la pista de patinaje y tercero porque fuera de la oferta es bastante inaccesible por sus precios.

Así que, después de hacer unas cuantas llamadas matutinas de trabajo y de enviar unos mails, vamos para allá con la intención de patinar un rato antes de comer. De 11 a 1,30pm puedes patinar por 5$ más el alquiler de los patines por 12$. En el resto del día la tarifa es a 18$, más el alquiler. Pero, como siempre, llegamos un poco tarde y ya no nos vale la pena liarnos a patinar. Nos morimos de la envidia de ver a la gente pero también es cierto que hay demasiada. Especialmente, adolescentes. Pero es que esta gente no va al instituto? Lo mejor es que hay una teenager para partirse de risa! Debe ser la moderna y popular del instituto. He adjuntado la foto. Por favor, no podéis perdérosla. Localizadla! Es una morena que lleva una faldita de tul roja y unas gafas blancas con algo parecido a unas persianas. Están en todas las tiendas de aquí, pero jamás pensé que nadie pudiera ponérselas. Pues sí! Allí estaba ella… una mezcla entre Madonna y José Velez en versión New Yorker. Pero no tiene amigas que le digan que está haciendo el ridículo? Oh my God!!!

Dejamos a Britney en la pista y nos vamos al restaurant, que es lo nuestro. Se accede a través de un ascensor privado directo desde le acera. Una vez dentro, le damos nuestros nombres a la del mostrador y otra señorita nos guarda los abrigos. Un camarero nos busca una mesa con buenas vistas a la pista. Nos informa que las botellas de vino están con el 25% off, pero están a unos precios desorbitados, así que Julia pide un Ice tea de mango y yo una copita de champagne. Directamente pedimos el menú de la NY Week Restaurant.

ENTRANTES

JULIA: salmón tartare (es como el tradicional steak tartare de carne, pero con salmón. Lo sirven con tostaditas y resulta bastante minimalista, aunque muy bueno)
MERCHE: Sopa capuchino de patatas dulces (resulta ser una crema con un color naranja precioso y un sabor espectacular. Pensamos que quizá sea crema de boniatos.)

PLATO PRINCIPAL

JULIA: Trucha a la brasa con lecho de col china.
MERCHE: merluza a la plancha con aroma de curry.

POSTRE
JULIA:
MERCHE: Pastel de limón con helado y crema. (con una presentación increíble)

La atención fue impecable. Aquí, como los camareros reciben propinas, hasta en el bar más cutre son pesadísimos preguntándote qué tal esta todo, todo ok?, les gustó la comida?... Pues aquí os podéis imaginar. Nosotras comíamos la mitad de cada plato y cambiábamos para probar. En cuanto se dio cuenta el camarero de nuestro rollo, vino a cambiarnos los platos de la una con la otra! A mitad de comida el cocinero hizo ronda por el salón para preguntar qué tal estaba la comida y, al final de la comida, un camarero pasó por la mesa y se paró a plegarme la servilleta que tenía arrugada encima de la mesa! Una vez acabamos, todo eran preguntas: quieren café, más vino? Algo más? Y es que aquí no llevan muy bien eso de que acabemos de comer y nos quedemos media hora de sobremesa! Normalmente, la gente acaba y se va. Incluso cuando no se acaban toda la comida, aquí lo más normal es pedir que te la pongan para llevar. Desde el bar más cutre hasta el más chic. Te sacan un polispan o un tuper de plástico… y ala, para recenar!

La sorpresa de la comida ha sido que han aparecido algunos becarios de la Oficina Comercial. Julia saludó de lejos a su contacto pero el muy rancio saludó con la ceja pero ni se dignó a acercarse. Nos han salido un poco ranas….

Y después del festín, una andadita 10 calles más abajo hasta llegar a algún metro… y para casa!

Esta vez nos hemos encontrado de camino con una tienda de osos de peluche a la carta. Allí tienes los pellejos de los osos, te lo rellenan al momento para que esté superesponjoso y luego eliges la ropa, los zapatos, los accesorios…y todo lo que quieras. Ah! Y si es tu cumpleaños, las dependientas te rodean y te cantan un happy birthday to you de lo más molongui con palmas y todo!!! Lo que no veas por aquí…

AT HOME

MARTES 27 ENERO

Hoy no hemos salido prácticamente de casa.
Me he pegado toda la mañana haciendo llamadas y no ha habido suerte. He enviado algunos mails… y tampoco. Si añadimos a esto que nadie de la Postinauguration me ha enviado un mail para participar en el focus group, esto es un poco decepcionante.

Lo mejor que hacemos en el dia es salir a comprar al super, que como lo llevan unos latinos, siempre tienen salseta de música y resulta muy diver ir, ya que acabas bailoteando por los pasillos entre el mango, la yuca… y las naranjas de Valencia, que hemos comprado pensando que serían malas y, al final, estaban riquííííísimas.